La Revuelta de la España vaciada celebra hoy 15 de octubre el Día Internacional de la Mujer rural recordando el importante papel que esta desempeña en nuestros pueblos. Su valor no solo reside en su participación en las tareas tradicionales del campo, sino en su capacidad para actuar como un motor de desarrollo social, económico y cultural que garantiza la supervivencia del medio rural.

Históricamente, la mujer rural ha desempeñado un papel fundamental como garante de la seguridad alimentaria. Sus manos no solo trabajan la tierra y cuidan el ganado, sino que también son las depositarias del conocimiento ancestral sobre semillas, cultivos y recetas tradicionales. Este saber, transmitido de generación en generación, es vital para la conservación de la biodiversidad y su identidad cultural.

En el siglo XXI, la mujer rural se ha convertido en una agente de cambio activa frente al despoblamiento. Lideran proyectos de emprendimiento —desde agroturismo y artesanía hasta la digitalización— que diversifican la economía local y generan empleo, a menudo siendo la razón por la que muchas familias deciden permanecer o regresar al pueblo.

Además de su rol económico, son las principales responsables de la cohesión social. Organizan la vida comunitaria, cuidan de los mayores y de los niños, y mantienen activas las redes vecinales, asegurando que los pueblos sean lugares habitables y llenos de vida.

Reconocer el valor de la mujer rural es esencial para lograr la igualdad de oportunidades y el desarrollo sostenible. Su visibilidad es una llamada a la acción para que tengan pleno acceso a la tierra, al crédito, a la formación y a los servicios básicos de calidad.

El futuro de los pueblos está intrínsecamente ligado a su fuerza: si la mujer rural avanza, el pueblo no se detiene. Honrar su labor es invertir en un futuro más justo, equitativo y próspero para toda la sociedad.

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