La Revuelta de la España Vaciada ha convocado concentraciones en las plazas de los pueblos el próximo domingo 31 de marzo, en el quinto aniversario del 31M, y en el marco de la petición de moción a los Ayuntamientos, para solicitar la declaración del 31 de marzo como Día Europeo de las Lucha contra la Despoblación.

El lema de este año es «No permitamos el olvido… ¡Actúa por tu pueblo!»

Durante las concentraciones se leerá un manifiesto, el cual se puede descargar desde el archivo adjunto. También hay carteles para imprimir y utilizar.

Animamos a todos a participar y actuar para defender nuestros pueblos, porque ser pocos no reste derechos.

Participa también difundiendo fotos en redes sociales con el hastag #ActuaPorTuPueblo

MANIFIESTO 31 MARZO DE 2024

Celebramos hoy el quinto aniversario de la gran manifestación en Madrid de 2019, en la que miles de personas y cientos de plataformas, provenientes de todo el país, hicieron que resonara con fuerza el clamor de la España vaciada. El movimiento social de la

Revuelta de la España Vaciada supuso un aldabonazo en la conciencia colectiva, que puso en el centro de la actualidad el drama de la despoblación rural y el vaciamiento del interior peninsular. En estos años la lucha contra el abandono institucional y las reivindicaciones a favor de la revitalización de los territorios despoblados han sido constantes. Cinco años después, la Revuelta de la España Vaciada reafirma su compromiso de continuar luchando por una causa justa en medio de una realidad que apenas se ha revertido. En Madrid fuimos cien mil personas, hoy somos más las que volvemos a congregarnos en las plazas de  nuestros pueblos y pequeñas ciudades de la España despoblada, demostrando que el corazón de la Revuelta de la España Vaciada sigue latiendo.

Dirigiendo atrás nuestra mirada para hacer balance de estos cinco años de activismo y  trabajo sin tregua, vemos que hemos logrado importantes objetivos. Ante todo, la Revuelta de la España Vaciada ha logrado articular un movimiento social reivindicativo  de la España que sufre el problema de la despoblación, vertebrando a un buen número de organizaciones, plataformas y colectivos con presencia en múltiples territorios. Asimismo, existe una conciencia social más clara del agravio que supone el desequilibrio territorial y de que la despoblación del mundo rural tiene consecuencias negativas para la sociedad en su conjunto.

Por otra parte, la problemática de la España vaciada ha logrado captar la atención de todos los medios de comunicación, de la que se han hecho eco en extensos reportajes o han destacado incluso en sus portadas y primeras planas. A lo largo de estos años hemos ido alentando sucesivas campañas reivindicativas, poniendo el foco en los problemas y demandas más acuciantes: la defensa de la sanidad pública en tiempos de precarización y desmantelamiento  acentuados por la pandemia, la conectividad y cercanía de los servicios básicos (medida 100/30/30), un plan de retorno y oportunidades de futuro para los jóvenes, un modelo de gestión sostenible de los bosques y montes, una política de   vivienda pública de alquiler social, el rechazo a las nuevas formas de colonización industrial en forma de megaproyectos energéticos, explotaciones mineras a cielo abierto o macrogranjas; pero también hemos estado presentes en otras peticiones y luchas, tal es el caso de la defensa del ferrocarril como medio de transporte sostenible y vertebrador del territorio.

Sin embargo, no nos hemos quedado en la reivindicación sin más. Una de las aportaciones fundamentales ha sido la elaboración de un Modelo de desarrollo, debatido y consensuado con amplia participación en ocho mesas de trabajo colaborativo, que plantea 101 propuestas de actuación concretas y viables frente al reto de la despoblación, documento que se presentó y defendió en el Congreso en mayo de 2021.

Y, por último, la presencia política en las instituciones del Estado (nacional, autonómicas o municipales)  de personas que representan la causa de la España vaciada ha posibilitado también hacer valer desde dentro la urgencia de compensar los desequilibrios territoriales, y defender los derechos de los ciudadanos que habitamos en territorios despoblados. Es justo reconocer los avances, que han sido evidentes a lo largo de estos cinco años de  existencia del movimiento ciudadano que nació con el nombre de la Revuelta de la España Vaciada.

Sin embargo, la realidad de la España vaciada, que está en el origen de las movilizaciones de la Revuelta, no ha cambiado. Al contrario, los problemas que  impiden salir del declive, si cabe, se han agudizado.

Continúa el proceso de despoblación imparable en las provincias y territorios  que configuran el mapa de la España vaciada y se agudizan los desequilibrios  territoriales en favor de otras comunidades más prósperas.

Percibimos que la problemática del mundo rural y de las regiones que sufren los  efectos de la despoblación es un asunto marginal en las políticas estatales o autonómicas. Más allá de las buenas intenciones, no se han adoptado medidas claras y eficaces encaminadas a revertir esta situación. Es más, en el contexto de polarización actual, vemos alejarse el horizonte de un Pacto de Estado contra la despoblación.

Albergamos cierta esperanza en la creación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y solicitamos ser interlocutores, desde nuestro conocimiento de la realidad y el compromiso con nuestra acción en respuesta a las necesidades de la gente y de la tierra. A fecha de hoy, no se ha abierto ningún  cauce de diálogo. Constatamos, además, que el reto demográfico no ha sido una prioridad del citado Ministerio. Su actuación se ha limitado a la convocatoria de subvenciones, exiguas sin duda, que en muchos casos han venido a recaer en empresas con sede en Madrid o en otras grandes ciudades.

Los fondos europeos del Plan de Recuperación Next Generation, anunciados a bombo y platillo, apenas han llegado a los territorios rurales y, si lo han hecho, ha sido casi siempre en beneficio promovidos por grandes empresas, ajenos a las necesidades de la población y contrapuestos a nuestro Modelo de desarrollo para  el sostenimiento de la vida en los territorios amenazados por la despoblación.

Volvemos a ser considerados un territorio de sacrificio, al servicio de intereses  estratégicos y económicos del gran capital: el territorio rural está siendo colonizado, a una escala nunca vista, por megaproyectos energéticos, macrogranjas, minería extractiva y otras formas de apropiación o esquilmación de los recursos que sostienen la vida y posibilitan el futuro.

Por lo que se refiere a las políticas autonómicas, no existen planes solventes de inversiones para mantener servicios, mejorar infraestructuras o incentivas la transformación económica, ni tampoco de construcción de viviendas asequibles o rehabilitación de viviendas públicas para alquiler social que favorezcan el asentamiento de personas jóvenes y nuevos pobladores, medidas necesarias para frenar el proceso de despoblación.

A todo lo anterior hay que añadir el contexto de crisis global en que vivimos y el cambio climático, que están ejerciendo una fuerte presión sobre los agricultores y ganaderos, poniendo en riesgo el mantenimiento de la actividad agropecuaria que ha sido y sigue siendo la base de la vida en los pueblos. Las recientes movilizaciones agrarias reflejan el malestar del campo, con motivos más que suficientes para la protesta. A su vez, el abandono del campo, unido a una gestión forestal equivocada, incide en la degradación del medio natural y es una  de las causas que explica el poder devastador de los incendios forestales que hemos padecido en los últimos años.

Por todo ello, en este quinto aniversario de la Revuelta de la España Vaciada, bajo el lema “Yo actúo por mi pueblo” hacemos un llamamiento al compromiso dirigido a todas las organizaciones, plataformas, asociaciones, colectivos y personas que hacemos nuestra la  causa de la España vaciada, que habrá de concretarse en los frentes de acción prioritarios en este momento:

  •  Defensa de los servicios públicos de calidad y en cercanía (salud, educación, comunicaciones, red de transportes por tren o carretera…), imprescindibles para fijar población y detener la sangría migratoria.
  • Impulso de planes de vivienda rural y rehabilitación de vivienda pública para alquiler social, que favorezcan el retorno de población joven y el asentamiento de nuevos pobladores. El mundo rural puede ser un lugar de acogida y un espacio de oportunidades para la inserción sociolaboral de personas en riesgo de exclusión.
  • Apoyo a un modelo de producción agroecológico y a un sistema alimentario en clave de soberanía alimentaria, que proteja con precios justos a los campesinos que producen alimentos saludables, nutritivos y sabrosos en cercanía, cuidan del entorno natural, preservan la fertilidad de la tierra, generan empleo y sostienen la vida en las comunidades rurales, frente al modelo del agronegocio propiciado por fondos de inversión y poderosas cadenas de distribución, que esquilma los recursos, especula con los alimentos, destruye el medio ambiente y expulsa a la población del entorno rural.
  • Reivindicación de una discriminación fiscal positiva que sirva de estímulo al emprendimiento, así como de incentivos fiscales y cláusulas en las licitaciones públicas que favorezcan de manera especial a las iniciativas de economía social y solidaria que pudieran surgir.
  • Diseño de un plan estratégico de atracción del talento joven, de apoyo al emprendimiento y generación de oportunidades de inserción laboral acordes a su formación, con el fin de que la población joven no se vea forzada a dejar su tierra para desarrollarse profesionalmente.
  • Transformación del modelo de sociedad para dar paso a una sociedad que ponga  en el centro los cuidados de la vida, el cuidado de las personas y la custodia y cuidado de la tierra. Las zonas rurales y los territorios vaciados por la despoblación son un lugar privilegiado para explorar alternativas comunitarias ante una sociedad en crisis.
  • Revitalización de la democracia real, haciendo que nuestros ayuntamientos sean escuelas de participación y ejemplo de compromiso social al servicio de comunidades vivas y empoderadas.

En este día reclamamos, de nuevo, un gran Pacto de Estado por la cohesión territorial y    contra la despoblación, y lucharemos por defenderlo ante las distintas fuerzas políticas, conscientes de que no será fácil conseguirlo en un clima de crispación partidista permanente.

Por último, relanzamos la campaña a favor de que el 31 de marzo sea declarado Día Europeo de Lucha contra la Despoblación. En este sentido, se ha invitado a todos los  ayuntamientos de nuestro país a que suscriban una moción en apoyo de esa declaración.

Como dice nuestro cartel, “ No permitamos el olvido”. Porque “Ser pocos, no resta derechos”.

¡Actúa contra la despoblación!

¡Actúa por tu pueblo!

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